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Unknown
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miércoles, enero 09, 2013
Un partido tan asambleario que no tiene portavoces ni ideología excepto el habitual sonsonete contra los políticos y la corrupción. En enero del 2013 el Partido X irrumpió en la red con todo el estilo 15M pero ¿qué significa realmente todo este rollo ciberutópico que nos venden desde 2011?
¿Quien controle Twitter controlará el mundo? Nunca el verdadero poder se ha burlado tanto de sus víctimas como en estos tiempos de masificación cibernética. Las redes sociales no son ninguna liberación sino el espacio de la impotencia, el desahogo y el control social. El lugar donde tejimos nuestras fantasías de redención y lucha en un acto de transparencia suicida que como bien dijo el fundador de Wikileaks nos expone al control total de los aparatos de seguridad.
En cada entrada de Facebook, en cada tuit e incluso en nuestros correos electrónicos y en blogs como este exponemos los círculos rojos de nuestro pensamiento, nuestras acciones y nuestras relaciones para que el estado sepa en tiempo real el estado de la indignación y las corporaciones extraigan nuestros datos para su comercialización masiva.
Un explosivo coctel amenizado por el discurso de la horizontalidad, la transparencia, la wikidemocracia y otras fábulas new age. Todo un monstruos conceptual que tiene vida propia. El último ejemplo de este virus mutane es el Partido X que se dio a conocer el 8 de enero del 2013 y resume lo que la Nueva Derecha 2.0 ofrece a una población apaleada en grado extremo siguiendo la dudosa estela de lo que fue Democracia Real Ya.
Filosofía de la nueva derecha 2.0: Referendum obligatorio y vinculante,
wikigobierno, derecho a voto real y transparencia. ¿Y la economía qué?
¿Ideología? Para nada. Sólo mucha "logica" para "dejar de cavar". El viejo discurso del fascismo siglo XX contra los políticos, la partidocracia y la corrupción muta en pleno siglo XXI en apología del anarcocapitalismo o la ciberutopía que describen los mismos promotores del Partido X o Partido del Futuro:
El software libre, el código abierto, la cultura libre o la libre información. Afirman que estos principios están cambiando la manera de hacer política, y no se corresponden exactamente con ninguna ideología, doctrina o filosofía, sino que constituyen más bien una metodología pragmática. Una “forma de hacer” abierta, horizontal, transparente, cooperativa y respetuosa, que es lo suficientemente potente como para poder aplicarse a casi cualquier asunto común.9
Wikipedia Partido X
Pensamiento copyleft que es ya puro tópico desde el estallido del 15M y otros movimientos en Egipto o Estados Unidos. Globalización indignada, más metáforica que real, aprovechada por los grandes buitres del siglo XXI: La congregación de gurús de la red encabezados por el maestro yoda Manuel Castells y sus redes de indignación y esperanza que no se cansa de llevar la buena nueva a cada rincón de la tierra previo cobro de regalías y conferencias.
Es la venta a gran escala de un producto no tan nuevo que tiene su propio manifiesto comunista en la Declaración de independencia del ciberespacio, destilada en 1996, y que resume lo principal de esta religión cibernética:
Estamos creando un mundo en el que todos pueden entrar, sin privilegios o prejuicios debidos a la raza, el poder económico, la fuerza militar, o el lugar de nacimiento. Estamos creando un mundo donde cualquiera, en cualquier sitio, puede expresar sus creencias, sin importar lo singulares que sean, sin miedo a ser coaccionado al silencio o al conformismo.
Estamos ante una completa ciberutopía que representa la nueva matriz ideológica del sistema de gobernanza mundial para los millones de jóvenes cabreados que cuestionan en el corazón de Occidente la democracia oligárquica y el dominio del capital sobre la política. Este remedo de cultura y tecnología nacido para expandir la hegemonía imperial ha sido destripado, desde la esfera oficial, por Evgeny Morozov.
Evgeny Morozov: algo va mal en el ciberutopismo made in USA.
Este ex activista que soñó con provocar la caída del presidente Aleksandr Lukashenko en Bielorussia (un "régimen autoritario" que no desmanteló los logros sociales de la ex-URSS) terminó descubriendo que la red se copia en todas partes y que lo mismo que hace Washington -monitorear la red para espiar a sus críticos, adversarios y enemigos- pueden hacerlo países que no comulgan con la primera potencia mundial.
Y algo aún más curioso: los blogs, las redes sociales y todos estos supuestos nichos de comunicación libre que derribarían los últimos muros de oposición al mercado libre sirven en esencia para compartir fotos, chismes, porno, música y cualquier cosa que no sean la religión de los derechos humanos que las fundaciones avaladas por Wall Street quisieran convertir en pensamiento único. Aunque la culpa de la banalización de la red en Rusia es de Vladimir Putin que a base de variado opio en la red y mucho control social desvia las bellas pulsiones de libertad al estilo Pussy Riots que seguro anhelan sus súbditos.
Cosas así dice, entre líneas, el nuevo anti-gurú que en 2012 conquistó el primer lugar entre los críticos de la globalización cibernética con su celebérrima obra The Net Delusion.
The Net Delusion: el libro más polémico de la era cibernética.
Morozov vende en todos los foros que la maléfica triada de censura, propaganda y vigilancia que los enemigos de Washington tejen en internet no puede ser vencida con angelismos o ciberutopismos:
El ciber-utopianismo, que es la creencia naive de que las ventajas proporcionadas por las nuevas tecnologías van a ser utilizadas tan sólo en sus aspectos positivos, por parte de ciudadanos y activistas por la democracia, sin tener en cuenta la contrapartida, que en ocasiones es incluso peor que las ventajas que nos ofrecen.
El centrismo de Internet (Internet centrism), que es una forma de determinismo tecnológico desde la que se supone que el efecto de Internet va a ser siempre el mismo, independientemente del entorno social y político donde se desarrolle.
Sociología y redes sociales
Y no le falta razón. Vinculado al lobby más poderoso del capitalismo financiero, la Open Society Fundations del especulador Georges Soros y a la revista que marca agenda en la política exterior de Estados Unidos, o Foreing Policy, el bielorruso asume la autocrítica que el Departamento de Estado y los dueños de Silicon Valley no quieren escuchar. La contrarrevolución cibernética no funciona siempre. El único elemento de verdad no imperial asumido por Morozov es que a veces los régimenes que Estados Unidos combate no necesitan solamente censura y represión sino que cuentan con base popular y legitimidad real. Algo que con la boca pequeña reconoce mientras sigue tildando de autócrata a Hugo Chávez.
Los cuentos utópicos y sus efectos reales.
#AcampadaSol: ¿El inicio de un nuevo movimiento social o el fin de la ciberutopía?
En todo este simulacro conceptual de la sociedad-red que gurús clase mundial como Manuel Castells copian y difunden sobre las ruinas de unos movimientos arquetítpicos -15M, Occupy Wall Street y la Primavera Árabe- nada mejor que un portavoz de la prensa empresarial mexicana para entender el sentido final de los cuentos chinos de la indignación-red:
“El punto central hoy para un político, de izquierda o derecha, es conservar el puesto”, explica Castells. “Entonces la clase política se reproduce a sí misma y hace un mundo cerrado, sin aire. Pero internet ha abierto las ventanas. En internet la gente puede decir lo que quiera. Hoy hay movimientos que nacen en la red y se organizan en el espacio urbano. Como la ocupación del espacio urbano no se puede eternizar, a veces de eso se encarga la policía, se repliegan en la red, pero no desaparecen”.
¿Sabrá Morena abrir las ventanas?
Tras lo cual, y en plena lógica cartesiana, Ciro Gómez Leyva propone el sueño dorado de la utopía cibernética:
Suena bien. Veremos si Morena es capaz de aplacar a sus jerarcas y conectar con la primera generación de mexicanos de izquierda del siglo XXI: la izquierda de la red. Esa que sabe que quien controla la comunicación controla el poder.
¿Sabrá Morena abrir las ventanas?
Esta perla nos recuerda lo esencial: lo único que se permite en democracias de mercado es el derecho al pataleo y para eso están las redes sociales donde puedes creer que controlas el poder mientras todo lo pierdes en el mundo real. #AcampadaSol fue un despertar colectivo que llevó a miles de jóvenes desengañados a la lucha real y experiencias como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca muestran que el trabajo horizontal y asambleario si es posible a pequeña escala.
Solo queda la crucial cuestión que Syriza plantea en Grecia y el chavismo ha mostrado en Venezuela: no se puede cambiar el mundo sin tomar el poder. En tiempos de crisis sistémica, el mundo alterno de la red no transforma realidad alguna. Ni Estados Unidos conseguirá que China se convierta en república bananera ni la indignación virtual destruirá el poder financiero en Europa.
Que gran final. Si la PAH o Acampadasol no tiene nada que ver con las redes, es que no entiendes estos procesos, o no los concoces está claro. Y cometes el error que cometeis todos los tecnofatalistas, incluso Eugeny, confundir el ciberutopismo con las potencialidades de la red al servicio de la ciudadanía. Separar lo real de lo virtual es a estas alturas como decir que la economía findanciera no tiene ninguna relación contigo mismo. Supongo que cuando se inventó la Impremta y los activistas la utilizaban y la elogiaban, también hubo quien dijo que eran aparatos de control. Toca actualizar discurso y descentralizar el poder.
Realmente, tildar de CiberDerecha a un partido que pretende buscar un proceso abierto y colaborativo para crear una wikidemocracia es una pobreza intelectual arrolladora. Además, de manipulación pura y dura.
[...] su inflada capacidad de destruir a los enemigos del imperio vía redes sociales, tal cual señaló Evgeny Morozov. Otros conversos al pesimismo 2.0, como Jaron Lanier, describen en Who owns the future? la otra [...]
Sumidos en el incesante horror, atrapados en el fin de la historia y el triunfo del capital, los sueños devienen pesadillas. El mundo estalla en llamas sin que nada cambie realmente.
[...] ideología de la red, o la bondad de toda información nacida en Twitter o Facebook, es una de las mayores gilipolleces [...]
ResponderEliminarQue gran final. Si la PAH o Acampadasol no tiene nada que ver con las redes, es que no entiendes estos procesos, o no los concoces está claro. Y cometes el error que cometeis todos los tecnofatalistas, incluso Eugeny, confundir el ciberutopismo con las potencialidades de la red al servicio de la ciudadanía. Separar lo real de lo virtual es a estas alturas como decir que la economía findanciera no tiene ninguna relación contigo mismo. Supongo que cuando se inventó la Impremta y los activistas la utilizaban y la elogiaban, también hubo quien dijo que eran aparatos de control. Toca actualizar discurso y descentralizar el poder.
ResponderEliminarRealmente, tildar de CiberDerecha a un partido que pretende buscar un proceso abierto y colaborativo para crear una wikidemocracia es una pobreza intelectual arrolladora. Además, de manipulación pura y dura.
ResponderEliminar[...] su inflada capacidad de destruir a los enemigos del imperio vía redes sociales, tal cual señaló Evgeny Morozov. Otros conversos al pesimismo 2.0, como Jaron Lanier, describen en Who owns the future? la otra [...]
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